Creatividad y juegos: la fórmula para hacer crecer el mercado del Gaming

Los videojuegos son, a día de hoy, uno de los sectores más poderosos del mundo. Su valor está en torno a los 250.000 millones de dólares. Y la cifra podría escalar hasta los 400.000 millones en, apenas, 4 años. Este valor supera al del cine y la música juntos. Y es que su crecimiento no se ha detenido en décadas; más bien al contrario, se ha acelerado en los últimos años, gracias, por ejemplo, a la irrupción del celular en el panorama de los juegos. Este dispositivo es la principal vía de los ciudadanos para jugar. Dado que es una herramienta que posee gran parte de la sociedad (en Chile hay más celulares que habitantes), el público se ha multiplicado enormemente.

El sector, por supuesto, está mostrando una importante competencia para hacerse con el máximo de clientes posibles y, para ello, no basta únicamente con desarrollar más y más rápido. Hay que poder conectar con el público, ofrecerles algo que encaje con sus preferencias. Es, en este punto, donde entra en escena un elemento básico y que ha tenido un enorme peso en la variedad de los juegos que, históricamente, han salido al mercado: la creatividad. Poder lanzar videojuegos diferentes o añadir variables innovadoras a los géneros clásicos marca la diferencia de cara al éxito en el sector.

El ejemplo más claro de los últimos años llegó con “Among Us”. Este entretenimiento, de gráficos sencillos, ganó una gran popularidad en 2020 (pese a haber sido lanzado en 2018) gracias a su temática original y su formato de partidas breves pero emocionantes y con un elemento de interacción. En otros casos, eligiendo temáticas clásicas, se añaden variables desenfadadas e innovadoras, como ha ocurrido con “Fortnite”, una nueva forma de construir un “Shooter”. De esta forma, con nuevos componentes, se consigue atraer a más usuarios y que éstos se lo recomienden otros nuevos. Además, se crea una seña de identidad a la compañía desarrolladora, con lo que es más probable que los jugadores prueben otros productos de ese proveedor.   

La idea es poder ofrecer catálogos muy variados e innovadores, donde los “gamers” no tengan tantas opciones de aburrirse. Lo podemos ver en algunos portales de minijuegos, con un importante tráfico de visitas, pues aglutinan una gran cantidad de opciones. Otro caso paradigmático es el de los portales de grandes clásicos, tales como tragamonedas, con amplia diversidad de temáticas. La oferta de juegos de casino en Royal Panda, es una buena muestra de cómo estas webs han entendido que deben mantener un variado catálogo para satisfacer las preferencias de sus clientes. Para poder conseguir dicha diversidad en los títulos, es básico que sus proveedores sean creativos.

Pero la creatividad no sólo se manifiesta con la variedad. Uno de los factores más importantes en esta industria es la capacidad de conectar con los gustos de los usuarios. Si bien es cierto que algunos de los juegos que se han lanzado no esperaban tener un éxito tan importante, también es verdad que las desarrolladoras intentan estudiar las preferencias de los jugadores manejando grandes cantidades de datos sobre sus predilecciones, como cuáles son los juegos más descargados, en cuáles se hacen más compras o en qué entretenimientos pasan más tiempo. Esta información es básica para tener una base en la que trabajar creativamente.

Por otra parte, esta creatividad también puede utilizarse para darle a los juegos un valor añadido. Es el caso del título “Ríos de Lluvia”, una iniciativa destinada a promover el patrimonio de Maule a través de un producto digital. Y estos ejemplos están basados en la temática, pero no podemos olvidar que la variable creativa puede manifestarse en otros ámbitos, como la forma de desarrollar los gráficos y los paisajes, las misiones de los protagonistas o la personalidad misma de éstos.

En definitiva, vemos que el éxito en el sector está íntimamente relacionado con la capacidad creativa. Esto, evidentemente, no es nuevo; ha sido una constante en la historia de los videojuegos. Pero, en la actualidad, la competencia es mayor y ya son muchos los que pueden desarrollar juegos sin la necesidad de una gran compañía tras ellos, por lo que la creatividad se debe potenciar para vencer a los “gigantes” o para no sucumbir ante los nuevos programadores. La variedad y la originalidad nunca habían sido tan importantes.